Hoy, 11 de marzo se cumplen 15 años del anuncio de la emblemática Circular 125.

Spread the love

Hoy, 11 de marzo se cumplen 15 años del anuncio de la emblemática Circular 125. El hecho y las circunstancias que generaron una inédita y contundente reacción del campo y promovieron la adhesión y participación activa de gran parte del conjunto de la sociedad. Fue un hecho histórico, que Sumario Ganadero reflejó en sus páginas. A más de una década de tan singular acontecimiento, transcribimos la nota editorial de la edición 2008, como testimonio y homenaje a quienes protagonizaron aquel genuino grito de la dignidad.

EL GRITO DE LA DIGNIDAD
Por Antonio Monteagudo

Sobre el cierre de la presente edición de SUMARIO GANADERO, se cumplían casi tres meses del conflicto más agudo y prolongado de todos los tiempos entre el gobierno y el campo.
Tras los ecos del grito agrario, el país advertía que la crisis había llegado para quedarse. Descubría también que, en realidad, la lucha emprendida el sector agropecuario desnudaba un escenario todavía más complejo e inquietante. Con angustia, comenzaba a percibir fisuras en el modelo económico que, antes del 11 de marzo de 2008, parecía destinado a perdurar sin mayores sobresaltos.
No se trataba sólo de las peripecias de la soja, el trigo, la carne y la leche. Junto con ellas, aparecían en blanco sobre negro los datos de la inflación real, las carencias energéticas, los índices de pobreza, la caída de las economías regionales y el acelerado deterioro de la imagen de la presidente Cristina Fernández de Kirchner.
La aplicación de las retenciones móviles resultó el disparador de un enfrentamiento que fue agravándose sin solución de continuidad. Se extendió más allá de la renuncia del ministro de Economía, Martín Lousteau, de los estériles intentos oficiales recomponer, con improvisada cosmética, un sistema impugnado desde el inicio los productores, que no vacilaron en autoconvocarse, cortar rutas e impulsar una protesta histórica. La Mesa de Enlace cristalizó un acuerdo inédito de las entidades del campo y se constituyó en el bastión esencial para encauzar la resistencia y lograr la anulación de la Circular 125.
El domingo 25 de Mayo, en Rosario, más de 300 mil personas expresaron con singular contundencia su voluntad de trabajar una Argentina federal. Resultaron infructuosos los intentos del expresidente Néstor Kirchner de neutralizar el efecto multiplicador de la multitudinaria manifestación en torno al monumento a la Bandera.
Ni las duras críticas y acusaciones de gobernadores nucleados en el partido Justicialista, ni los fallidos parches ensayados Alberto y Carlos Fernández, desde la Jefatura de Gabinete y el Palacio de Hacienda respectivamente, ni la represión ordenada desde la Casa Rosada, ni las inusitadas detenciones de productores en San Pedro, ni siquiera la precipitada ofensiva judicial contra representantes de las entidades y algunos legisladores, lograron amilanar a los hombres y mujeres que, más allá de los reclamos económicos, se abroquelaban en defensa de un principio no negociable: la dignidad.
También acosados la sequía y las heladas, desafiando los rigores de la naturaleza y las circunstancias, numerosos chacareros y criadores se mantenían en permanente vigilia a la vera de rutas y caminos, ejercían su derecho a peticionar a las autoridades, organizaban tractorazos y resistían con convicción y paisana mansedumbre.
Entre tanto, el Gobierno K redoblaba los esfuerzos para torcerles el brazo y derrotarlos. El ministro del Interior, Florencio Randazzo fue explícito: “mientras dure la huelga, no estamos dispuestos a dialogar; es un planteo antidemocrático”. La prioridad no era persuadir y convencer, sino vencer, doblegar. La estrategia del Poder Ejecutivo involucraba la sistemática negación de la realidad y la convicción de que quien piensa distinto es enemigo.
A su vez, la Presidente, en un acto en La Matanza, recurría una vez más a la descalificación para expresar su disgusto con el campo. Tal como ya lo había hecho en discursos anteriores, cuando definió a la protesta rural en las carreteras como “piquetes de la abundancia”. Esta vez, con bíblica admonición, sentenció: “La avaricia congela el corazón de los ricos y no les deja ver el sufrimiento de los pobres”.
Pendientes del desenlace de los acontecimientos, pobladores y comerciantes del interior veían languidecer su presente. Desorientados, los consumidores urbanos comenzaban a experimentar cierta zozobra frente a los fantasmas del desabastecimiento y el aumento de los precios. No pocos ahorristas buscaban refugio en el dólar, memoriosos de otras experiencias traumáticas no tan lejanas. La industria y el comercio acusaban el impacto de una drástica reducción de la demanda. La incertidumbre volvía a ensombrecer el horizonte y colmaba de incógnitas el futuro. El país se sumía nuevamente en el desasosiego del rumbo perdido.
No obstante, en medio de tanta pesadilla, surgían propuestas concretas y superadoras de argentinos idóneos, laboriosos y comprometidos. Algunas de ellas han sido incluidas en las páginas de SUMARIO GANADERO 2008, como contribución al inicio de un tiempo de imprescindible recuperación de la esperanza.
Editorial Anuario Sumario Ganadero – junio de 2008