PATAGONIA ARGENTINA, DEL VACÍO GEOPOLÍTICO A LA POSTERGACIÓN

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Tema: Patagonia Argentina, Del Vacío Geopolítico a la Postergación
Autor: Dr. Jorge Sánchez

Las decisiones públicas son esencialmente asignaciones de recursos humanos y materiales del estado. En el presente con cargo a los contribuyentes y también a los consumidores las particularidades argentinas. En el futuro y tratarse de elecciones entre alternativas, aparejan costos de oportunidad. Su foco habitual en la cooptación inmediata de recursos de poder impacta de manera inadvertida en los futuribles colectivos a nuestro alcance. Es esta circunstancia antes que conspiraciones de cualquier origen, lo que explica nuestro deterioro sistemático.

En un contexto más amplio transitamos una época signada la reorientación del orden mundial. El balance de poder desplazándose hacia Oriente mostrará importantes realineamientos de manera paulatina. Resultará en nuevas zonas de influencia global siguiendo criterios axiológicos, políticos e ideológicos. Simultáneamente, la convergencia tecnológica ya hace posible incorporar a los procesos productivos compuestos y materiales que reproducen los naturalmente producidos seres vivos y modificarlos. Su aplicación a la producción de alimentos, fármacos y la generación de energía se va consolidando como la nota característica de la economía digital. Amplía la noción de recursos naturales con la de recursos genéticos. Los que resultan de procesos de la biodiversidad, que pueden reproducirse merced a la tecnología y explotarse económicamente.

Esta notable conjunción es la que modificará relativamente cadenas de suministro en función del acceso de nuevos socios comerciales a fuentes de esos recursos y energía aplicables a la producción en calidades y volúmenes coherentes con la expansión demográfica y las urgencias ambientales. Otorgará renovada relevancia a múltiples espacios geográficos y marítimos. El Atlántico Sur es uno de ellos. El acceso que ofrece a los recursos marinos y antárticos le otorga valor estratégico. La etapa que se avecina para la globalización incorporará durante las próximas décadas los polos terrestres y el espacio exterior a la actividad económica. Será traccionada como lo es históricamente, la pugna tras el control de los recursos.

Patagonia Argentina, Atlántico Sur y Antártida conforman uno de los bloques estratégicos nacionales. Una de sus características más importantes es el vacío geopolítico. Esto es, la desproporción entre su población y el territorio nacional que representa. Según los índices que se empleen, supone alrededor del cuatro ciento de la población en algo más del treinta ciento del territorio nacional considerando los espacios marítimos, insulares y la Antártida Argentina. Generalmente se acuerda que las relaciones entre el territorio, sus activos y la colectividad que la identifican son el insumo de la política exterior y ella la referencia de las políticas de desarrollo y las de defensa nacional. Aunque esta definición no considera algunos supuestos institucionales determinantes en nuestro caso.

De hecho, la nación ha perdido desde su derrota militar en Malvinas el control sobre recursos y espacios soberanos en el Atlántico Sur. Es el Reino Unido quien administra los recursos ictícolas, la prospección de hidrocarburos y la investigación científica bajo la pretensión de su acceso al continente antártico. La instrumentaliza con el aislamiento y fortificación de las islas. Parece difícil que se pueda sostener en el tiempo habida cuenta de las expectativas post Tratado Antártico. En lo inmediato, el reingreso en la agenda europea del acuerdo UE Mercosur también podría contribuir a la dificultad. De mínima, su pretensión se superpone a la chilena y a la argentina. La proximidad de Punta Arenas y Ushuaia respectivamente, las convierten en puntos preeminentes del tránsito interoceánico y naturales plataformas logísticas hacia Antártida.

Se trata de un enorme desafío de riesgo. La retracción estratégica argentina en el Atlántico Sur lo ha convertido en territorio objeto de expoliación y conflicto en progreso. Se trata de una trayectoria que no cambia con el anunciado proyecto de Polo Logístico Antártico para Ushuaia. Las urgencias geopolíticas en orden a la defensa naval, aérea y espacial se dan de bruces contra el desinterés del estado nacional. Entre 2001 y 2022 ha invertido en defensa y seguridad un promedio del 0,84% del PBI. El nivel más bajo de la región y de su propia historia. Entretanto, la fragmentación latinoamericana ha inhibido hasta ahora la inscripción del interés nacional en una agenda regional.

Decisiones públicas con foco en la inmediatez, ajenas a consideraciones estratégicas o al análisis de su impacto, orientadas de manera excluyente a la apropiación de recursos de poder entrañan costos de oportunidad que podrían implicar la postergación definitiva de la nación en esta materia. Semejante improvisación solo puede explicarse la ignorancia sobre estos asuntos o el interés predatorio de pretendidas dirigencias que, sin representación social simplemente excluyen de la agenda pública temas de esta significación.  Sólo la participación activa de criterios informados en las decisiones públicas y el debate social como instancia de control ciudadano proveerán futuribles alternativos al estado de indefensión general, vulnerabilidad de los recursos y exposición a la postergación a la que está sometida la nación